martes, 7 de febrero de 2023

Revelacion

Desde muy antiguo, y sobre todo en orden a la lectura litúrgica, se vio la necesidad de dividir el texto sagrado. Hubo diversos sistemas, tanto entre judíos («Sedarim»; «Perashiyyot»; «Pesuquim»), como entre cristianos («Cánones eusabiani», de Eusebio de Cesarea) para dividir los evangelios en 1162 secciones. Esteban Langton, arzobispo de Canterbury, que había sido gran canciller de la Universidad de París, hizo la división del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento en capítulos sobre el texto latino de la Vulgata de san Jerónimo, hacia el año 1226. Y los libreros de París, introducen estas divisiones en capítulos en el texto bíblico, dando lugar a la que se conoce como la Biblia Parisina. Desde entonces, esta división se hizo universal. Santos Pagnino (1541), judío converso, después dominico, originario de Luca, (Italia) dedicó 25 años a su traducción de la Biblia, publicada en 1527, y fue el primero en dividir el texto en versículos numerados. Roberto Estienne, prestigioso impresor, realizó la actual división en versículos del Nuevo Testamento en 1551. Para los versículos del Antiguo Testamento hebreo tomó la división hecha por Santos Pagnino. El recurso de dividir el texto bíblico en capítulos y versículos numerados permite, desde entonces, encontrar inmediatamente un pasaje, sea cual sea la puesta en página adoptada por la edición. Es una herramienta fundamental para los investigadores y para poder emplear toda una misma referencia. La primera Biblia impresa que incluyó totalmente la división de capítulos y versículos fue la llamada Biblia de Ginebra, que se publicó en 1560, en Suiza; optaron por los capítulos de Stephen Langton y versículos de Robert Estienne. Valorando la gran utilidad que tenían para la memorización, localización y comparación de pasajes bíblicos. El papa Clemente VIII, hizo publicar una nueva versión de la Biblia en latín para uso oficial de la Iglesia católica. Y en ella se incluyó la división actual de capítulos y versículos. Finalizando el siglo XVI, los judíos, los protestantes y los católicos habían aceptado la división en capítulos introducida por Stephen Langton y la subdivisión en versículos introducida por Robert Estienne. Es aconsejable leer un capítulo empezando unos versículos del anterior para entenderlo. Mateo XVII empezando en XVI, 28 deduciremos que quienes subieron al cielo sin ver la muerte fueron Juan, Pedro y Jacobo y aquel que escribió el Apocalipsis fue un homónimo del apóstol. Al ser eterno no tiene principio como menciona aquel libro razón más que suficiente para no incluirlo en la Biblia. Lutero decia no era válido porque no habla de Dios.

.