sábado, 12 de junio de 2021

Caminando sobre las aguas

 Caminando sobre las aguas

  Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de


ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos. Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer. Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. El les dijo: Traédmelos acá. Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud. Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.  Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, ¡no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo:

Verdaderamente eres Hijo de Dios.
La frase, después de la coma, está fuera de tiempo porque hasta ese momento el varón elocuente que seguían no había revelado su identidad y todo judío sabía que Dios es uno de manera que quien tradujo el texto algún personaje no judío añadió la frase porque desconocen lo que dice el libro de Job 9:8 El solo extendió los cielos Y anda sobre las olas del mar. En resumen: A quien vieron caminando sobre las aguas fue al Verbo hecho carne y por eso se postraron

 Más adelante a ver si habían aprendido la lección les pregunta ¿y ustedes quien dicen que soy? Pedro responde tu eres el Hijo del Dios Altísimo y Jesús finaliza diciendo: Bienaventurado eres Simón hijo de Jonás, porque no te lo revelo carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. La primera vez que alguien confesaba que Jesús es el Hijo de Dios. Se abren las puertas del cielo y desde entonces todo aquel que lo hace, creyendo será llamado hijo de Dios, el Espíritu le regala dones tiene las llaves y acceso al reino celestial. De la lectura del pasaje surge una pregunta. Si pensaba ir a la otra rivera ¿Por qué no les dijo que lo esperen? Y subió al monte para   luego darles alcance caminando sobre las aguas.

Para quienes íbamos a escudriñar los evangelios habría pasado desapercibida la enseñanza que en toda ocasión de Luna nueva hacia ayuno, oración, vigilia y ocurrían milagros porque la lucha no es contra carne ni sangre sino contra huestes de maldad en las regiones celestes.