miércoles, 13 de enero de 2021

Empezaron a congregar

  Empezaron a congregar

 Los Romanos asumieron el control de Jerusalén, cuatrocientos años después de la muerte de Malaquías de manera que en tiempos de Jesús el Sanedrín incluyó en la lectura sabatina textos en griego invalidando la palabra de Dios con aquella tradición de hombres, que denuncia, en Marcos 7:13

Y le preguntan sobre la viuda de siete hermanos ¿Con cuál moraría en el cielo? Respondiendo: Seremos como los ángeles que no la tienen. Denunciar aquellos escritos más todo lo que hizo, fueron gotas que rebasaron la copa de iniquidad y le ganaron su enemistad e intrigaban buscando ocasión para condenarlo.

A lo suyo vino y los suyos no le recibieron. Luego de recorrer todo Judea proclamándose el Mesías, la semana anterior a la Pascua, y camino a Jerusalén cruza por Samaría y esperaba a sus discípulos junto a un pozo. Porque temprano no podía, tenía problemas, llega al mediodía una mujer con un balde a sacar agua, aquella representaba a la oveja perdida y la ubica. Cómo vino por ellas le busca conversación, lo larga, le revela que podía liberarla, pero ella se burla, la redarguye hasta el punto que declara su pecado, y se revela cómo el Mesías creyéndole regresa con sus vecinos a quienes les contó que la había perdonado e intrigados porqué sabían su vida y el único que perdona es Dios, llegan a conocerle. Les siembra la palabra los deja congregando y se marcha a completar su misión redentora.


Después de Pentecostés y por orden de los apóstoles, Juan y Pedro visitan aquel lugar donde el Maestro había congregado dos días y menciona el libro de Hebreos 10:25 bautizándoles con fuego. De esta manera entre ovejas perdidas se reveló la palabra que es Roca sobre lo que nada prevalecerá. Años más tarde; el templo fue destruido, los fariseos desaparecieron pero la Palabra por la incredulidad de su pueblo permanece y la salvación llegó a las ovejas perdidas también a los gentiles. El Verbo hecho carne defendió la Palabra a costa de su vida y la volvió a tomar para que todo aquel que en Él cree no se pierda más tenga vida eterna

 Jesús se revela a los samaritanos quienes le creen y por la incredulidad de los judíos empezaron la costumbre de congregar.