lunes, 18 de marzo de 2024

Cincuenta años más

 En Copacabana frontera Perú Bolivia existe un santuario


donde se venera una imagen, allí encontré un folleto que me hizo entender el por qué; Los lugareños tienen una creencia difundida en los Andes precolombinos un apu que cuida cada cerro. Los españoles cambiaron aquello por imágenes traídas de Europa. Nadie puede hablar sobre lo que no conoce ni posee; nunca nos hablaron del amor de Dios porque lo desconocían. La Inquisicion es muestra de su "amor serrano", menos del sacrificio de Jesús que siendo inocente y libre de culpa ofrenda su vida por salvarnos del infierno. Si lo creemos nos cuenta entre sus hijos. "A lo suyo vino y los suyos no le recibieron más a quienes lo hicieron les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios". Así al Inti Raimi lo denominaron fiesta de San Juan virgen de Copabana, de la Candelaria y otras herejías por el estilo nada bíblicas.

Estudié en un colegio parroquial regentado por misioneros católicos Maryknoll que lleva aquel nombre y en mi época escolar de primaria con mucha sabiduría de los norteamericanos nunca llevamos ni nos obligaron a cargar en andas un muñeco. Cuando cambiaron la administración a una congregación de religiosas muy arraigadas en el catolicísimo romano impusieron aquello y la gente acostumbrada a la sumisión aceptaron lo que no es bíblico.


 En 50 años más muchos no estaremos como nuestra familia que se fue antes y existirán nuevas generaciones de personas que cambiarán de nombres a las calles a los monumentos y obeliscos hasta a los colegios.  Pero hay alguien que hace dos mil años se mantiene vigente y cuánta razón tiene su palabra. “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”. Nadie puede cambiar a quien vive y reina Jesucristo el hijo de Dios y si lo creemos recibiéndole cómo Señor y salvador porque resucitó nos dará la vida eterna porque para eso vino cuando nos llame a 
su presencia. A Él sea la gloria ahora y por la eternidad



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